¿Por qué explota un smartphone? aquí la razón. Ver Vídeo.

  Hasta hace no demasiado la explosión de un smartphone parecía poco más que surrealista, aunque debido a los últimos acontecimientos que han protagonizado los 35 Note 7 haciendo lo propio, este tema está más de moda que nunca. 

  Antes de nada debemos recordar que las baterías que usan los smartphones en la actualidad son de Litio, tanto ión Litio como Li-Po. Estos componentes son inflamables, pues se trata de una combinación ánodo-cátodo (negativo y positivo) que se intercambian electrones entre ellos, dando origen por tanto a la corriente eléctrica que alimenta nuestro smartphone.

  Estas dos partes se encuentran siempre separadas por una membrana, puesto que en caso de que ánodo y cátodo entrasen en contacto reaccionarían dando lugar a una reacción muy rápida. Técnicamente no se trata de una explosión, sino una combustión muy veloz que recibe el nombre de deflagración. Obviamente las baterías comerciales no tienen el combustible suficiente como para generar una explosión fuerte, aunque sí para dañar a la persona que sustenta el smartphone, tal y como se puede apreciar en el siguiente vídeo.

Entonces, ¿por qué explota un smartphone?

  Bueno, la pregunta no es difícil de contestar una vez entendida la composición de una batería de Litio. Ánodo y cátodo se encuentran separados por una membrana, que en caso de deteriorase y permitir que ambas partes entren en contacto, puede dar lugar a la explosión del smartphone. En el caso del Note 7, esta membrana es defectuosa de fábrica y por tanto el terminal es potencialmente peligroso para el usuario.

  Cabe destacar que este deterioro de la membrana causante de la explosión del smartphone está catalizado por la temperatura. Las altas temperaturas perjudican a la membrana y en el momento que esta deja que cátodo y ánodo se toquen empieza la combustión, como ya hemos comentado anteriormente.

¿Debemos tener miedo ante una explosión de nuestro smartphone?

  La respuesta es un rotundo no. Únicamente debemos asegurarnos de que la batería no se encuentra hinchada y que nunca supere los 60 grados centígrados. Debemos tener en cuenta que al año se venden más de 1.000 millones de smartphones, por lo que la probabilidad de sufrir un percance de este tipo es realmente limitada.