Una mujer vendía rosas por 1 dólar cada una en el metro.
Tras preguntarle cuánto dinero costarían 15 rosas, la mujer le contesta que 14 dólares. Entonces, el chico hizo rápidamente la cuenta matemática y le dijo: “entonces, ¿puedo comprarlas todas por 140 dólares?”. La mujer, en un principio, no entendía cuáles eran las intenciones de aquel desconocido. ¿Quería comprar todas las rosas y cargar con ellas allá adonde quiera que fuera? Pues no. La intención del hombre no era otra que… ¡regalarle las rosas a ella! “Te las compro y tú las repartes, ¿de acuerdo? No las vendas, dáselas a la gente”.
La mujer se pone a llorar desconsolada. “No, es un día feliz”, le responde el hombre. Y tras esto, se bajó del metro y dejó a la mujer llorando de emoción.
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